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Valle Nacional y el resurgir de su historia

Valle Nacional busca estar presente de nueva cuenta en la Guelaguetza.
Foto(s): Gil Lira
Anel Torres

TUXTEPEC, Oax.- Una vez más, Valle Nacional busca llevar al cerrito del fortín uno de los momentos más importantes de su historia, donde la siembra del tabaco era su motor económico, pasando de una etapa oscura a la fiesta, Fiesta Tabacalera, es un baile que busca ser admirador una vez durante la Guelaguetza. 

Un poco de historia

Gildardo Pérez Esteban, director de cultura y creador del baile, narra como la Fiesta Tabacalera nace desde 1870, cuando inicia la época de las contratas y Valle nacional es considerado como una de las regiones más fructíferas dentro de la producción del tabaco.

“Es  un trabajo de campo, de investigación, donde muchas personas han participado, así como las personas que se identifican.  Es un baile que es del pueblo, quienes le han tomado cariño, amor y afecto”.

En 1912 termina la época de la contrata con la entrada de los carrancistas a liberar de la marginación a los campesinos. 

Durante ese mismo año se convierte en la capital del oro verde, que es el plátano macho. Al no ser fructífero económicamente retomaron la siembra del tabaco, permitiendo que floreciera su economía.

A partir de ese momento tienen su propia fiesta tabacalera que inicia con el roce de los cerros, concluyendo con el corte y comercialización del tabaco. 

“Con la creencia en un ser omnipotente, dejaban una mata en el campo, se le llamaba mata reyna que era entregada a los dueños de la tierra cuando se terminaba la cosecha para que todas las matas que nacieran nuevamente fuera como la mata reyna, rasgo que se incluye en el bailable”.

Construcción del baile

Fiesta tabacalera cuenta con su propia música, creada por Efraín Delfin Pérez, quien en 1975 dejó este legado, el Son Valle Nacional y la Chinantequita de mis amores que compone en 1990.

La coreografía está basada en la siembra, en la cosecha, en la fiesta, en todos los quehaceres, en todas las labores cotidianas que las y los chinantecos realizan.

El baile habla de las dos épocas, la contrata de Valle Nacional, un momento de yugo por las grandes haciendas. Esta parte oscura se recuerda con el son Chinantequilla de mis amores.

“Es algo que recordamos porque no podemos despegar esta parte de nuestra historia”, comentó. 

 En una segunda parte, bajo la música del son de Valle Nacional, se conjuga la cosecha del tabaco con la feria donde se toma a San José como el santo patrono de los tabacaleros. 

Indumentaria, esencia de la cultura chinanteca

Valle Nacional tiene su propio  huipil que se luce en el bailable, este año se obtuvo el segundo lugar a nivel estatal como la prenda  más hermosa y laboriosa, se tiene la certificación. Doña Chabe, conocida así por la población, fue la artesana responsable de elaborar el huipil que se presentó como propuesta.

Llegan al fortín

Fiesta tabacalera se presenta por primera vez en  el evento denominado, Presencia de la Cuenca del Papaloapan en Oaxaca en el año 2008. 

“Nosotros no contábamos con la propuesta de presentarnos en la Guelaguetza de manera oficial, sin embargo cuando lo ve el comité de autenticidad en  Oaxaca quedó asombrado del trabajo que se presentaba a Oaxaca, México y al mundo”. 

Ahí nació la invitación, en ese entonces Marcelo Santos Meneses era presidente del municipio y comenzaron los trabajos. Esta creación recibió una serie de críticas debido a que plasma una epoca oscura del municipio, donde quienes trabajaban la tierra eran esclavos, a pesar de eso el baile fue apropiado por sus pobladores.

En abril del 2009 logran llegar al Cerro del Fortín y nuevamente en 2010.

En esta ocasión y con un nuevo sistema de elección para las delegaciones, Valle Nacional espera llevar su cultura e historia una vez más a la máxima fiesta de los oaxaqueños.