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"Todo ser común es extraordinario": Geetanjali Shree

Geetanjali Shree
Foto(s): Cortesía
Redacción

SHARJAH, Emiratos Árabes Unidos.- En el norte de la India, una mujer de 80 años sufre una profunda depresión a raíz de la muerte de su marido y emprende un viaje hacia Pakistán, donde se confronta con la experiencia de la partición de una nación que vivió como adolescente en 1947.

Desde la publicación de "Tomb of Sand", ganadora del Premio Booker Internacional 2022, la escritora Geetanjali Shree (Mainpuri, India, 1957) se ha enfrentado infinidad de veces con la misma pregunta: "¿Cómo es que eligió a una anciana como protagonista de su novela?".

Al contarlo en entrevista deja ver su extrañeza, casi rayando en la indignación, pues parecería que sólo a las mujeres más jóvenes les suceden cosas de verdad en la vida, así que ella se dice muy contenta de que sea una mujer de 80 años la protagonista de su libro, "porque su vida no ha terminado".

"Hay una noción de que después de cierta edad, ya no hay demasiadas historias emocionantes, pero ella desafía la frontera de la edad, se reafirma y se convierte en la heroína de su vida", responde la autora india, una presencia estelar en la pasada Feria Internacional del Libro de Sharjah, en Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde conversa con nosotros.

Parte de la respuesta radica en la propia obra de Shree, una escritora en hindi que pone en el centro de su escritura aquellas historias que suelen quedar ocultas o marginadas y que en muchos casos son historias de mujeres que carecen de la prominencia que merecerían.

Una historia extraordinaria

"Alguien me contó una vez que Miguel Ángel dijo que cada piedra esconde una estatua y sólo tienes que descubrirla, así que cada mujer común tiene una historia extraordinaria, sólo tienes que descubrirla, y yo la descubrí", explica.

Para ella, la escritura se presenta como una "manera de volver visible aquello que resulta invisible o entre penumbras.

La imagen de una mujer encorvada, de espaldas, como si renunciara a la vida, sirvió de disparador de la novela. 

"A veces hay una historia que tomas y a partir de ella empiezas a construir una obra de ficción, pero muy a menudo se juntan muchas cosas. En este caso, no creo que haya una sola historia que se me ocurriera.

"Había muchas historias que creo que estaban flotando en mi imaginación y empezaron a juntarse una vez que tuve el detonante: la imagen de una anciana que le da la espalda a todo el mundo, una imagen muy común, una persona mayor aburrida de la vida y con cara de quererse morir.

"A las personas mayores se les ve como que han tenido suficiente de todo y no tienen ningún interés en nada, pero en algún momento empecé a preguntarme si ella quería morir, si estaba harta de la vida o si estaba harta de la gente detrás suyo, y ese fue el detonante", comparte.

De modo que a medida que la curiosidad por esta mujer, a la que llamaría Ma en la novela, crecía en su cabeza, la historia empezó a despegar y abrirse a diferentes perspectivas; una de ellas, la traumática partición de India y Pakistán en 1947, con el fin del dominio británico.

"Todos nosotros, por muy ordinarios que parezcamos y por muy ordinaria que parezca nuestra vida, en realidad somos parte de grandes eventos históricos y movimientos trascendentales que han sucedido en el país y en el mundo; somos parte de ello.

"Así que cada historia ordinaria en realidad esconde muchos otros dramas e historias. Ella es hija de la partición, es hija de la historia de la India. Una vez más, no es raro que todos los indios de esa generación, especialmente en el norte de la India, seamos hijos de esa historia", responde.

Aunque no hay un vínculo directo personal con la partición y ella, pues Shree nació una década después, lo cierto es que "está presente a su alrededor", en cada una de las historias que le contaban sus vecinos y que oyó desde niña.

"De alguna manera es mi historia también", ataja.

Sensibilidad literaria

Como autora, Shree revela que la primera condición para interesarse en una historia es que le emocione, y si eso ocurre, estará encantada de continuar, y si después resulta interesante para el lector, se vuelve otro aliciente.

"Es un nivel de felicidad que alguien más también lo disfrute, pero no sigo ninguna convención ni fórmula, no me interesa, hay muchas formas de contar una historia, siempre que sea interesante", enfatiza.

Pero tiene claras las cualidades que, en su opinión, un escritor debe tener: imaginación, sensibilidad y capacidad de observación.

"Cuando uso la palabra sensibilidad, me refiero a no ser tan arrogante y seguro de los propios puntos de vista, sino de tener la capacidad de dudar: '¿Por qué pienso esto? ¿De dónde viene?'. 

"Para mí, la sensibilidad consiste en ser capaz de imaginar al otro, alguien con quien en principio realmente no entiendo o ni siquiera estoy de acuerdo. Creo que eso es muy importante para un escritor y para todos en general, de lo contrario sólo nos entenderíamos a nosotros mismos y nuestro propio punto de vista, y los escritores no estamos aquí sólo para escribir autobiografías", ataja.