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La cultura del son

Son
Foto(s): Cortesía
Antonio Ávila Galán

I

Lleno de atardeceres

                                                 sueña el viento

                                                entre la sombra del recuerdo.


La cultura del Son es grande y muy variada dentro del mismo género. Al respecto llama la atención cuando la guía turística Región costera del Sotavento del estado de Veracruz, presenta en su tercera página de promoción la imagen de un jaranero de Tuxtepec de hace varios años, y a la letra dice:

“La ruta del Son no pretende desenredar la intrincada red de influencias y orígenes de este gran género musical, sino conducir al viajero mediante el arpa y la jarana por las llanuras del sotavento, regados por el río Antigua, el río Jamapa y la cuenca del río Papaloapan...”, “…siguiendo la ruta del Son nos desplazaremos por el Papaloapan, río arriba, desde el puerto de Alvarado hacia la legendaria ciudad de Tlacotalpan, continuando por Chacaltianguis, Otatitlán, con su famoso Santuario del Cristo Negro, hasta llegar a Tuxtepec, cuna de versadores y decimistas, en esta región florece la Cultura del Son.”

Así lo califica la revista y guía turística del estado de Veracruz; honor a quien honor merece, ya que no se le ha dado la importancia necesaria a este género y cultura del Son, pues en Tuxtepec en los tiempos de aquel pueblo de calles polvorientas, circulaban las carretas jaladas por una yunta de bueyes, cargadas por majestuosos racimos de plátanos. Además, la llamada Esmeralda del Papaloapan, Tuxtepec, se engalanaba cada fin de semana con el fandango en cualquiera de los dos parques principales, o en algunas calles del pueblo de entonces.

La Cuenca del Papaloapan es sinónimo del sotavento, “… es común que popularmente se considere al Sotavento restringido a las poblaciones ribereñas del río Papaloapan, como es Cosamaloapan, Otatitlán, Tuxtilla, Chacaltianguis, Tlacotalpan, Alvarado y Tuxtepec”. Así lo marca el investigador y escritor Alfredo Delgado Calderón, en su libro Historia e Identidad en el Sotavento, y comenta: “La cultura sotaventina se restringe al sur de Veracruz y permea partes de Oaxaca y Tabasco”.

“Una rica y variada expresión de rasgos culturales conforman actualmente la identidad del jarocho sotaventino. El Son jarocho con su fandango, sus creencias, afinaciones, instrumentos musicales, ritmos y sones, se toca en el puerto de Veracruz, hasta Huimanguillo Tabasco, Tuxtepec, Ixcatlán y Ojitlán, Oaxaca y los pueblos ribereños de la cuenca.” 

II

Entre la sombra del recuerdo

                                           sueña el viento

                                          lleno de atardeceres.

 

En el Sotavento, y esto es muy sabido y reconocido por los cuenqueños; confluyen otros elementos celebrados en dichos pueblos, como es la tradicional rama para pedir cada fin de año el aguinaldo, la quema del Viejo, semejando el año que fenece, el carnaval, los santuarios que están en Otatitlán y Catemaco, el caldo de piedra antes muy característico en los pueblos ribereños y ahora sólo se le adjudica a la comunidad de Usila, pueblo chinanteco. Estos elementos son los que dan identidad al sotaventino, la identidad jarocha, amena, dicharachera, pocos solemnes, gritones, alegres, valemadristas. Casi nada se ha hecho por preservar la tradición del Son jarocho, este es el fandango; en él convergen músicos, bailadores y versadores. La música y el baile se improvisan alrededor de una tarima hecha de madera. No existe horario para celebrar el fandango, antes se hacía de día, en bodas, quince años, cumpleaños, bautizos, o en las fiestas patronales, como en nuestro pueblo San Juan Bautista Tuxtepec el 24 de junio, cuando el fandango se celebraba en la noche; músicos, bailadores y versadores ven llegar la luz del día siguiente, hasta el cansancio del cuerpo.

El libro Fandango, de Antonio García de León, muestra el ritual del mundo jarocho a través de los siglos, y su fuente de información la toma de la memoria oral y algunos aspectos de la historia del litoral veracruzano, de los fandangos en las costas de barlovento y sotavento, y estas referencias se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII, y marca el florecimiento del fandango jarocho en los pueblos de la cuenca; el fandango de Tuxtepec, se tiene la referencia de que se realizaba desde 1883.