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Elías Meléndez, un protagonista de la cultura

Don Elías Meléndez
Foto(s): Cortesía
Antonio Ávila Galán

Como dijo don Elías,

“Se van porque vinieron”.

Don Elías Meléndez nace el 20 de julio de 1922 en Playa Vicente Veracruz, desde mediana edad ha vivido en Tuxtepec. Un hombre fuerte de toda la vida que hoy a sus 95 años nos deja para siempre. Quien con su sonrisa amena, alguna vez nos contó parte de su existencia.

 “Tengo un buen rato vagando de aquí para allá, sin cansarme nunca. Mi mundo ha sido la jarana, aprendí a tocar a los 12 años, viendo y escuchando. Mi tío tenía un requinto, cuando él salía se lo robaba, lo afinaba y aprendí a rascarle la panza a ese cordial instrumento. Decía un señor jaranero, del que no recuerdo su nombre: ‘Ninguno aprende solo’. Pero yo me dije después, cómo chingao que no, yo aprendí solo, sin alma que me guiara, más que la que trae uno aquí dentro, esa es la mejor guía.

“A la edad de trece años me iba solito a los fandangos, mi estatura era menor que la del resto de los músicos, siempre a un lado de un señor que tocaba el requinto llamado Julián Redondo, entonces un primo me traía una silla para que me subiera y quedara al parejo de los músicos. A la fecha toco varias afinaciones, la primera es por dos y la segunda es por cuatro, aprendí también una afinación que es cruzao que es una chingonería, la llamada afinación chinanteca. Conozco muchos músicos del estado de Veracruz, siempre tocamos juntos y si ellos lo hacían por segunda yo tocaba por cruzao.

“La jarana es un instrumento para acompañamiento, toda música tiene nota, pero la música jarocha no se aprende por nota, debido a que en la jarana la nota está en la pisada, se aprende escuchando, jalando la cuerda. Las pisadas de la jarana son puro orden, yo siempre anduve pegado a los músicos, anduve a la seca y a la meca.

“Después de la inundación del año 1944, que azotó a toda la región del Papaloapan, me vine a Tuxtepec, eso tiene más de 60 años, tuve la fortuna de conocer a mi esposa Petronila Pavón Meza, me casé con ella aquí en Tuxtepec, es mi compañera de siempre; y recordando un poco te diré que a los 17 años me llevé a la primera mujer llamada Elifonsa Solano Rincón, sólo que se fue de la casa a los tres meses; se fue con otro y ella murió al poco tiempo; fue mía porque yo me la robé, nadie me quita ese gusto. De allí tuve la segunda, Francisca Ramírez Zepeda, hermana de Chicolín, un músico jaranero muy bueno para jalar la cuerda, con ella demoré un año y se me fue también, nada más que ésta se fue ya embarazada. De allí ya no hubo mujer fija, era bueno para agarrarlas y hacerlas mías por primera vez, viví la pura arrebatiña; con eso de la música resaltaba mucho la alcahuetería.

“En mi juventud jugué béisbol, jugué la primera base por mi altura, al poco tiempo lo dejé porque una línea me abrió el dedo al cucharear la pelota y hasta allí el llamado rey de los deportes. Con el tiempo tuve un hijo aquí en Tuxtepec, Juan Meléndez Pavón, que jugó buen béisbol, pero desgraciadamente en el trabajo se desnucó con una rampa de cemento, su muerte sucedió el 19 de octubre del 2012.

“Con Petronila tuve cinco hijos, cuando nos juntamos ella ya tenía cinco hijos, yo también tenía cinco hijos; así que en total reunimos quince descendientes como una bonita familia. Ni duda cabe, las mujeres son muy lindas, han tenido que ver en mi vida en todos los momentos; me han impulsado a ser lo que soy y me han tenido siempre en un sueño constante, donde siempre echo a volar la imaginación y arreo pa´lante el son que sale de mi jarana; todo eso por las mujeres tan bellas que han emplumado mi vida, y así pasarán los años y seguiré siendo un joven de Dios”.

La esposa de don Elías, quien se encuentra a su lado, mimándolo como se mima a cualquier chamaco, comenta que su papá se llamó Martín Pavón, un jaranero muy conocido en Tuxtepec, vivió siempre en el barrio de San Felipe el Castillo y su hermano se llamaba Ángel Pavón quien desde joven era muy amigo de Elías, por el cual él la conoció. Doña Petronila cuenta con 87 años de edad y dice que el popular Popeye de aquí de Tuxtepec, un güero alto y fornido, muy conocido en el ambiente social, se llamaba Luis Flores Suazo, fue  boxeador e impresor; y su familiar, porque vivió con su hermana María Pavón. Este personaje fue muy popular en el pueblo por sus ocurrencias; en una ocasión cuando andaba bailando en el kiosco del parque Juárez con su hermana, Popeye le gritó al son de la música a su mamá, quien estaba entre el público mirando la bailadera: ¡Má, má; ah pa’ culo que me boto!

Doña Petronila rememora que don Elías formó el grupo Los Parientes de Playa Vicente, Veracruz, un grupo muy conocido por sus intérpretes de la música jarocha; con los años también formó el grupo Butaquito, de aquí de Tuxtepec. Enseñó a tocar la jarana a José Álvaro, este conocía a muchos muchachos porque iban a su taquería cuya especialidad fue siempre los tacos de cabeza de cochino, allá en Playa Vicente, y él formó el grupo Son de Cabeza. A José Álvaro todos le decían el Pariente, y por eso el nombre de Los Parientes de Playa Vicente. Al respecto don Elías rememora: “Yo soy un arroyo permanente, cuando joven siempre me tomaba un litro de alcohol yo solito, porque tenía un cerebro de guey, cómo recuerdo esas fiestas populares de mi juventud en diciembre; las limas en Playa Vicente y las ramas en Tuxtepec”.