Para elaborar el altar de muertos de San Miguel Soyaltepec, se necesitan conseguir palos de jocotillo y bejuco de capulín, con estos se elabora una especie de mesa o plancha pegada a la pared, así como un rectángulo pegado al frente que será adornado con flores y parte de la ofrenda.
La plancha se viste con hojas de mata de plátano, y en el fondo se coloca un petate sobre el que se montarán imágenes de santos.
Los palos de jocotillo se visten con hojas de croto o “pintas” como se le llama y flor de muerto o cempasúchil, y sobre los palos se colocan naranjas, caña de azúcar y totopos.
Sobre el altar se colocan ofrendas de platillos tradicionales como tamales pintos, de yuca, de masa, pescado frito, tortillas de yuca rellenos de frijol, atoles de yuca y masa servidos en jícaras; así como agua de canela con miel, mole y todo aquello que en vida le gustaba a los difuntos.
El altar siempre debe contar con uno o más vasos de agua, “porque eso le da energía a las almas para que puedan llegar a los hogares”.
Abajo del altar se coloca una cruz orientada hacia el punto donde sale el sol, y en la parte frontal se coloca una vela de cera artesanal montada sobre un tronco de mata de plátano y alrededor de esta una línea de pétalos de flor de muerto en forma de “u” en la que se colocan cuatro velas más.
En el altar nunca debe faltar el copal, que es la guía de los fieles difuntos para llegar a la ofrenda.
Uno de los elementos que no deben faltar, son los totopos, ya que estos tienen un periodo de vida de un año, por lo que el alma de los difuntos tendrá alimento suficiente hasta que de nueva cuenta llegue la celebración de Día de Muertos.
Tomado del video Eder Chicuéllar con alumnos del telebachillerato No. 32 de Piedra de Amolar, San Miguel Soyaltepec, durante un concurso de altares organizado en Tuxtepec en 2019.
