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Demandan respeto a saberes tradicionales

 Organizaciones civiles se pronuncian contra programas que afectan el cultivo de maíz en Oaxaca.
Foto(s): Cortesía
Redacción

OAXACA, Oax.- El Espacio Estatal del Maíz Nativo de Oaxaca demandó el establecimiento de políticas públicas que pongan énfasis en el respeto a los saberes tradicionales de los pueblos indígenas y comunidades campesinas, así como en las prácticas agroecológicas que han sido respetuosas con sus culturas, sus formas de organización y que privilegian el diálogo y la experimentación.

En un pronunciamiento durante la conmemoración del Día Estatal en Defensa del Maíz Nativo, que fue leído por las activistas de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca (Unosjo) y Milpa Urbana, Gabriela Linares Sosa y Edith Morales Sánchez, el grupo de organizaciones civiles afirmó que Oaxaca es un centro de origen y diversificación del maíz, porque en el territorio se encuentran al menos 35 de las más de 60 razas de maíz cultivadas en México.

Por eso, expuso que muchos campesinos e indígenas oaxaqueños han rechazado las semillas mejoradas y fertilizantes químicos entregados por el programa Abasto Seguro.

Además, expuso que la distribución de un solo tipo de semilla para todas las comunidades del estado constituye un atentado a la diversidad biológica y el patrimonio cultural de los pueblos indígenas.

También, observó que la distribución de fertilizantes químicos en comunidades donde no se han utilizado desde hace muchos años, es otro atentado a la diversidad microbiológica preservada en los suelos de los pueblos indígenas y comunidades campesinas.

Subrayó que esta estrategia gubernamental solo ha sido hasta ahora un nuevo paquete de insumos para la agricultura y se desdeña las capacidades y saberes de los campesinos oaxaqueños utilizados para su sobrevivencia.

De esta manera, destacó que seguirán luchando por seguir conservando las semillas nativas, las prácticas tradicionales de cultivo permanentemente menospreciadas por políticas colonialistas o neoliberales, así como los tianguis y mercados locales, el trueque y otras prácticas sin dinero, para construir una humanidad respetuosa con la madre tierra.

Aparte de esto, manifestó su rechazo a todo intento de privatización de las semillas indígenas y campesinas, tanto por empresas transnacionales, como por iniciativas nacionales.

Del mismo modo, reclamó que México salga de los tratados comerciales porque obligan a los campesinos a someterse a los designios de las empresas transnacionales y demandó una política que defienda la soberanía nacional y satisfaga las necesidades de alimentación del país antes de dedicarse a la producción de alimentos para la exportación.