Ya no somos los mismos, es hora del canto desesperado de una mano que se extiende pidiendo auxilio. Qué le estamos dejando a las nuevas generaciones, que ya están viviendo en una ciudad desordenada, en un fondo de lamentos.
Lo anterior lo comenta para sí mismo, compartiéndolo con el silencio de la tarde, un poblador joven de aquellos tiempos: “ya aquel pueblo de entonces, hoy no es el mismo, ahora puros cantos del recuerdo: amorcito corazón yo tengo tentación de un beso. Así cantaba Pedro Infante.
La múcura está en el suelo mamá no puedo con ella. Que ritmos contagiosos de antaño”.
Así se recuerda y se comenta entre la gente de mayor edad de la ciudad; que cientos de mariposas aleteaban por el caserío de aquel pueblo, brindaban canto de luz en días soleados, donde se veían pescadores en su lancha o chalupa en el río realizando las labores del día; pescando la guabina, el juile, el robalo o el jolote. Y celebrando en el mes de octubre la llegada de la pepesca: pepeca, pepeca, aquí está la pepeca freca pariente.
Idéntica ocasión el reclamo de hoy, devolver un instante la dicha del pueblo de antes; rodeado por su río, bañado en las riveras por sus cristalinas aguas. Por las calles del pueblo se le veía pasear con su andar coqueto, a las mujeres cuenqueñas que el fin de semana, compartían el baile con su pareja al son de la marimba orquesta de Juan Silva o Ernesto Castillo, en el parque Juárez o en la placita de la Piragua.
Ah, que ojos aquellos, que iluminan invisibles imágenes del Tuxtepec de aquel entonces.
“Cuando fuimos niños y jóvenes aquí en el pueblo, era diferente a lo que hoy se vive. Paseos y pasatiempos sanos vivía la juventud. Todo ha cambiado, pero aún se tiene la esperanza de que se vuelva a esa bienhechora normalidad, a esas tradiciones tan interesantes y bellas de alegría en bailes y paseos en lanchas, juegos de béisbol y futbol, e inigualables momentos cada fin de semana”.
Estas son las añoranzas de desplomados recuerdos de los señores de hoy, jóvenes de ese entonces; de esos “años maravillosos” así le han llamado las parejas bailadoras del danzón y parecen decir: “recordar no es soñar, es pedir justicia para las tradiciones desmanteladas, que nosotros mismos las hemos sumido en el olvido”.
Una limosna para este pobre viejo /
una limosna para este pobre viejo /
que ha dejado hijos /
que ha dejado hijos /
para el año nuevo …
Hoy 2022 es otro cuento para la historia y sus confines; pero la verdadera historia de aquellos lares o tiempos. Años de antaño cada año / fuego y memoria / voces que buscan con sus cantos / profundidades del alma.
La gente inquieta y alegre de la ciudad lo exclama. “Estamos seguros que con deseos de buen labrador IRINEO, el nuevo Presidente de San Juan Bautista Tuxtepec y su equipo que lo acompaña, nos devolverá gran parte de lo que fue la ciudad de hoy en épocas pasadas”.
Muchas cosas se han escondido de la ciudad que fue llamada alguna vez “La esmeralda del Papaloapan”. Tuxtepec cada tres años esparce a diestra y siniestra la grata esperanza, de ser quien es desde el principio. Miramos todavía en su esplendor, un imponente río que sabe abrazar a su pueblo. El Papaloapan es tan sabio que cuando se llena de incertidumbre y suciedad, solito se limpia; y silencioso sigue su sendero.
Yo no soy marinero, por ti seré /
por ti seré, por ti seré …
FELIZ AÑO NUEVO.