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El Alacrán

Bar El Alacrán una tradición en Tuxtepec.
Foto(s): Cortesía
Antonio Ávila Galán

Va coriendo, señores , ¡La rifa del pollo!

Para que te chupes los dedos

¡Me das miedo!

Señores, más respeto con el honorable público aquí presente

Para que goce usted, un poco de silencio

"Tómese usted un Presidente

un poco de aguardiente

que relaje corazón y mente"

"Para pasar bien el dia

conserve una sonrisa...

una canción en el corazón

y la botella en la mano"

El Alacrán es el conocido centro de reunión de todo parroquiano que desea echarse unas cuantas cervezas, nace el 5 de febrero de |1950, día de San Felipe de Jesús, santo bendito a más no poder, que le dio gracia y amor a "El Alacrán", es decir nació santito el lugar.

San Felipe, Felipín, Felipito, juego de palabras que de San Jesús pueden hacerse; memoria de todo buen artesano de la picardía y buenos modales, en esa forma el ciudadano al entrar al recinto de su cantina favorita, se halla como en su casa.

"Solo dos hombres merecen la fama

el que inventó el vino

y el que inventó la cama"

Genaro Solís Estrada nació en 1924 en Paso Novillo, Ojitlán, Oaxaca; recuerda pasajes históricos de Tuxtepec, pero rememora con mayor nostalgia a su papá el señor Eulogio Solís Cruz, quien trabajó todo el tiempo en los astilleros de "Paso Armadillo", buen centro de trabajo; allí se fabricaban chalanasm chalupas y pangas.

"Mi padre tuvo mal final, Dios sabe por qué sucedió; fue un descuido en que se soltó una panga en compostura, mi padre con mi señora madre, Juana Estrada Loyo, vivían en San Bartolo; mi padre, como responsable trabajador del astillero, al llamado de auxilio para que atajaran la panga, se abocó a la odisea, tirándose al agua a la altura de San Bartolo, alcanzándola ya en la maniobra a la altura de "Santa Fé", se ahogó.

Visitar "El Alacrán" al mediodía, es echar una mirada a la culta "Picardía Mexicana". A Jiménez, en su investigación de muchos años, retrata ésta en el libro del mismo nombre; pero México es la Cuenca del Papaloapan, y la Cuenca pertenece a México. El pícaro cuenqueño no sacia su antojo de alburero, "si te descuidas te mete un leño en el sentido doble de la frase".

Un rectángulo hace la medida exacta del bar El Alacrán, casi un rectángulo "pero ahí se va", al parroquiano no le importa el área, sino la gracia que encuentra en "las pintas" en las paredes que lo encierran. La voz pícara de don Genaro, como eco de cañada, resuena fuerte invitando al cliente a sentirse a gusto; por otro lado, el cantinero culero, el ayudante, hace de las suyas mostrando la "masacuata" o jalándose el trasero con los visitantes y, como guía de turistas, chismosea los letreros que rodean el lugar.

¡Ah, pariente, trae el dominó que el amigo acaba de llegar a Tuxtepec, viene de México!

El dominó es el encargado de recibir a lso novatos, de matar el tiempo, de ensalsar los comentarios; es una pasada rápida en juego; sorpresa en la mirada de quien le toca abrirlo, carcajadas entre los demás, el novato se sonroja, también sonríe y termina por empinarse la cerveza helada. El muñeco de peluche es otro juego digno del lugar, el novato debe tocarlo, dándole un suave masaje para la buena suerte; al igual que el dominó, del peluche salta "Un formidable y hermoso pene", palabras del cantinero.

En la pared de entrada se vive el recuerdo de una pintura del bulevar "Bienvenidos a Tuxtepec". Al fondo se lee "El club del pájaro muerto", "Mantega siempre levantado el espíritu", y se mira la pintura de un anciano con el puro en la boca, en cueros y con el pene levantado por el hilo de un globo de gas.

En el mingitorio los dibujos saltan entre el chorro de orines,

¡Silencio!

Sabios trabajando.

La poesía en voz del borracho también es buena forma de decir las cosas.

El hombre sin olor a vino

es como una rosa sin perfume

Lo etílico es cultura, se constata desde siempre, y lo afirma el escritor mexicano Ricardo María garibay, cuando en 1993, visista "El Alacrán", deduca a don Genaro Solís, una fotografía en claroscuro, con una mujer al desnudo, que adorna y complementa el folklore de las paredes de la cantina. Garibay comentó "El Alacrán es un antro cultural de Tuxtepec".

Genaro Solís Estrada se casó con Isabel Vuillar Valdez, incomparable compañera, ya fallecida, procrearon a Claudia Isabel, Josefina, Genaro, Joaquín, Cristina, Fernando y Alba; el recuerdo de Genaro le trae tristeza, por la forma inesperada en que murió. Don Genaro se sobrepone y vuielve enseguida a su contidiano quehacer.

¡Va la rifa del pollo, señores, pongan mucha atención!

Las paredes del bar, cantina, sitio ameno, antro cultural, o como se quiera decir, ya borracho, al parroquiano le parece ver un cuadro de estampas puritabas de profesía ceremoniosa.

Las normas sociales dejan testimonio al parroquiano, que en todos los órdenes de la vida hay serias reglas de normatividad y "El Alacrán" no es la excepción, por ello, desde su fundación en 1950, no ha habido un rasguño, mordida, cabronazos o pleitos de manos entre los que llegan a beber unos tragos.

"Acercarse a una mesa, sin ser invitado a ella, no es correcto pero, aún cuando se haga esto accediendo al requerimiento, no se toma asiento si no media indicación en ese sentido. Tampoco es correcto hacer comentarios desfavorables de una persona sin conocerla íntimamente. Esta ligeresa, muy bien puede ocasionar serios disgustos.

Atentamente. El Alacrán"

Dichos y diretes hacen el canto del día en la calle Morelos, casi esquina Independencia, allí, como cantina del oeste, el parroquiano empuja las dos pequeñas puertas enrejadas y se esfuma frente a la mirada impávida de la gente chismosa:

"No se dónde estará Roberto, venimos juntos a comprar cuadernos para los chamacos y desaparece".

"Ay comadrita, de seguro se metió a El Alacrán"

*Del libro "Sueños del recuerdo" Primera Edición