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BENITO JUÁREZ Y LA LUZ DE LA PRIMAVERA

Mural Benito Juárez. Foto SCT
Foto(s): Cortesía
Lorena Jiménez Salomón

Cronista: Antonio Ávila Galán

Marzo y la primavera: donde florece la vida, florece el amor donde la justicia si alcanza la bondad de Dios y de un hombre

Veintiuno de marzo, nos trae de inmediato a la memoria a Benito Juárez García, se celebra un aniversario más del nacimiento de este hombre, que fue presidente de México, se proclamó como tal en 1858, su mandato se caracteriza por una férrea lucha contra los conservadores y la promulgación de las leyes de Reforma. Con ello dio un paso decisivo por el rompimiento que tuvo con la iglesia, privó a ésta de sus bienes separándola del Estado, además creó el Registro Civil.

Benito Juárez fue el hombre político, encumbrado, magnánimo, de voluntad inquebrantable, silencioso como los pinos del entorno que lo vio nacer: quién no conoce la frase que ha sobrevolado al mundo: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

Sin duda a este personaje se le exalta y estudia en buena forma, como político de gran renombre, un ser que nació en San Pablo Guelatao, un pueblito sumergido en la sierra de nuestro estado de Oaxaca, el cuento es que de ahí se desprenden anécdotas, cuentos y medios: mitos, fábulas, leyendas alrededor de la vida de un niño humilde, cuyos padres fueron Marcelino Juárez y Brígida García.

Nuestro personaje nace el 21 de marzo, cuando entra el equinoccio de primavera, inicia el signo Aries, en la rueda del zodiaco, representado por el carnero como símbolo, entonces entra la primavera, donde todo florece; florece la vida, el amor, el enamoramiento de las aves, todo reverdece, hasta los árboles viejos reverdecen, las serpientes se aparean, las serpientes además de ser un animal nervioso y pícaro, a quien la mayoría de las gentes le tienen respeto, representan la sabiduría, la sagacidad, el emblema, la belleza encaramada en un árbol donde coquetea con la manzana, con ella hace pensar a la mujer, por eso dicen que mujer y serpiente no se miran, se esquivan, chocan, al fin de cuentas la mujer vence a la víbora.

Benito Juárez, nace el 21 de marzo donde el conocimiento del zodiaco nos informa, que Aries representa la cabeza del cuerpo humano, es el líder por excelencia, el que piensa por todos los que lo siguen, el que va siempre adelante, cuando enarbola una buena causa tiene sus seguidores, demostrando entereza y don de mando, y seguro llevará a su gente al triunfo, porque a un ariano no le gusta perder, lo malo que cuando pierde llora de berrinche y arrebato.

Benito Juárez nuestro personaje de hoy, tinte y aparte, reunió estas características, sorprendiendo al mundo y a sus estudios desde su infancia; niño indito, de tez morena, analfabeta hasta cierta edad, sale de un rincón de la sierra madre, donde cuidaba ovejas de un tío y de la nada escala altos cargos públicos, primero en su estado natal y después llegó a ser presidente de su país, su nombre trasciende para bien siempre, y en Italia en esa época de Juárez, nace un niño cuyo padre admira y sigue los pasos del estadista mexicano y le puso su nombre a su hijo: “yo te pongo por nombre Benito, de apellido Mussolini, y serás grande como Benito Juárez”, y de verdad Benito Mussolini llegó a ser grande y famoso pero no por su bondad o buenos principios sino por sus diabluras.

Juárez García fue líder, estadista, hombre de férrea voluntad, humilde siempre al bien, sin duda dice la astrología su nacimiento en fecha tan especial tuvo mucho que ver, pues traía un enorme paquete como destino que realizar y esto nadie lo discute, Benito Juárez García lo cumplió.