Las altas temperaturas, la ausencia de lluvias que provoca la escasez de agua potable, así como el exceso de basura que está detonando contaminación de suelo y agua, son signos palpables de la crisis climática. Hoy ésta es una realidad, señaló Juan José Consejo Dueñas, director del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad (INSO).
“Llevamos tres o cuatro años en donde ha llovido menos del promedio y esto se junta con temperaturas excepcionalmente altas. Las dos cosas están relacionadas. Junio es uno de los meses más lluviosos del año, pero al no haber lluvias la temperatura también se eleva. Hay quienes dicen que esta es una prueba de un proceso mayor a nivel planetario que llaman calentamiento global o cambio climático”, destacó.
Si hablamos del entorno local -expuso- lejos de ir avanzando hacia soluciones que permitan detener los efectos negativos de la crisis climática, se han ejecutado acciones que empeoran la problemática, por ejemplo, a través de la tala de arbolado urbano, así como el extendimiento de la plancha de concreto.
“Lo que estamos haciendo es cubriendo la parte del fondo del valle con materiales impermeables y eso hace que el agua no se filtre. El efecto de amortiguador natural lo estamos quitando y este es el efecto, tenemos temperaturas más extremas en la ciudad y tenemos agua que corre rápidamente cuando llueve y causa inundaciones. Ese es el resultado de cómo hemo afectado los ciclos naturales”, expuso.
Este martes se cumplieron cinco días consecutivos de altas temperaturas en la entidad con valores de hasta 42 grados en el Istmo de Tehuantepec producto de la tercera onda de calor en México.
Consejo Dueñas destacó que para recuperar el ciclo del agua y mejorar la relación con la naturaleza se debe partir de la recuperación de las áreas deforestadas alrededor de la ciudad. Estas además de ser esponjas naturales y fuentes de agua, cumplen una función de regulación climática.
La manera de producción de alimentos -agregó- deben de cambiar por formas más sustentables que no requiera de gran cantidad de agua ni uso de pesticidas. También tendría que entrarse de manera seria al manejo de los residuos sólidos que actualmente son uno de los principales problemas.
“Hay un conjunto de medidas que corresponden al gobierno en muchos casos, pero yo diría que a la ciudadanía en general también. Yo lo englobaría como cambiar la manera en la que nos estamos relacionando con el agua y la naturaleza”.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el cambio climático es la mayor amenaza para la salud de la humanidad. Los impactos -señaló- ya están perjudicando la salud a través de la contaminación del aire, las enfermedades, los fenómenos meteorológicos extremos, los desplazamientos forzados, la inseguridad alimentaria y las presiones sobre la salud mental. Cada año, los factores medioambientales se cobran la vida de unos 13 millones de personas.
