Pasar al contenido principal
x

Dos usileños, víctimas de la tragedia de Texas

Dos usileños, víctimas de la tragedia migrante en Texas
Foto(s): Cortesía
Claudia Ramos

TUXTEPEC, Oax.- Los hermanos Begaí y Mariano Santiago Hipólito, albañiles de oficio, oriundos de San Felipe Usila pero residentes en Tuxtepec, fueron tras la búsqueda del sueño americano pero resultaron víctimas de lo que se ha llamado, la tragedia más grave de migrantes en los Estados Unidos.

María Antonia Torres Morales, esposa de Begaí, con la preocupación reflejada en el rostro, narra que fue la falta de empleo lo que orilló a los dos hermanos a tomar la decisión de dejar a sus familias para iniciar la ruta hacia los Estados Unidos, donde esperaban encontrar trabajo y poder acceder a una vida mejor.

“Fue la falta de trabajo, su oficio es muy competitivo, no tenía un trabajo fijo, no se consigue fácilmente de un día a otro y cuando hay, es solo por unos días” así es como los dos hermanos deciden irse “para estar un poco mejor”.

Cuando ambos hermanos deciden partir, sólo le informan a su madre, su padre Don Pioquinto Santiago Vicente señala que a él no le informaron su decisión, tenían miedo de su salud ya que padece del corazón “no supe para nada, no me dijeron de eso, me entero hasta este momento” refiere.

Begaí y Mariano Santiago Hipólito salieron de Tuxtepec el sábado 18 de junio a las 14:30 horas ya que debían tomar un autobús hacia el puerto de Veracruz, desde donde partieron en un vuelo hacia Monterrey, Nuevo León.

En Monterrey -señala María Antonia- una persona con la que su esposo trabajó meses atrás, los recogió para llevarlos a una terminal donde volvieron a tomar un autobús con destino a Laredo, ciudad donde iniciaría el viacrucis para cruzar hacia los Estados Unidos.

“Cuando él llegó (Begaí), me avisó que estaban bien”, dejó de tener comunicación con su esposo dos días seguidos, y el viernes le avisó que habían intentado pasar y no lo habían logrado “la última vez la iban a hacer el día viernes”.

Fue la tarde del lunes cuando 67 migrantes fueron localizados en el interior de una caja de tráiler en la carretera estatal 35 de San Antonio, Texas, 51 de ellos muertos, entre los que se identificó a Mariano Santiago Hipólito y 16 lesionados, entre los que se encuentra Begaí, cuyo estado de salud es delicado señala María Antonia.

En estos momentos, dice María Antonia, quisiera el apoyo de las autoridades para poder estar con su esposo, saber su condición real, pero estar a su lado.

 Castigo más severo para la trata de personas

De acuerdo con el diputado federal, Ángel Domínguez Nicolás “El Andariego”, el apoyo a sus paisanos es incondicional, al igual que lo ha hecho en otras ocasiones con familiares de migrantes que han atravesado por circunstancias similares.

En este caso, se han mantenido en contacto con personal de la cancillería mexicana con la finalidad de poder agilizar los trámites de repatriación de sus paisanos, y también para que Begaí, que se encuentra hospitalizado reciba la adecuada atención médica en los Estados Unidos.

“Es muy lamentable, es triste la situación para nuestros connacionales que al igual que otros migrantes centroamericanos, lo único que fueron a buscar fue el sueño de trabajar para darle una vida mejor a sus familias ante la crítica situación que se vive en nuestra región y nuestro estado”.

La situación considera, “es grave y preocupante” por lo que se requieren sanciones más severas, investigaciones a fondo y castigo contra las personas que cometen el delito de trata de personas.

La reflexión

Ante la situación en la que se encuentra su familia María Antonio Torres Morales, estima que es necesario pensar muy bien cuando se toma la decisión de migrar de forma ilegal hacia otro país “quizá se van con una ilusión de encontrar una vida mejor pero no se ponen a pensar en lo que va a pasar en el trayecto del camino, sea como sea, aquí el trabajo está escaso pero Dios nunca nos va a desamparar, de una u otra forma sale uno adelante… que lo piensen que piensen en su familia, que no tomen una decisión apresurada porque muchas cosas pueden pasar en el camino.