CRONISTA: ANTONIO ÁVILA GALÁN
Debemos tomar en cuenta que la verdadera potencialidad de nuestro país está en la niñez y en los jóvenes; de hecho México es un país de muchos jóvenes cuya mentalidad se ve bombardeada por pésimos y groseros programas en cualquier medio televisivo o tecnología moderna, que incitan a la violencia, a la dejadez y a la irresponsabilidad del individuo.
Estamos en el nuevo tiempo en que las instituciones escolares –a nivel mundial-, tienen el enfoque obligatorio de programar la nueva consciencia educativa y cultural, de un reciente siglo donde la educación ya no es nada más de conocimiento; donde la educación es ahora consciencia Instintiva, consciencia Intelectual y consciencia Intuitiva. Válgase decir una educación cultural donde el maestro ya no va a ser un simple guía del conocimiento nada más; sino un hacedor y creador del elemento espiritual en el ser humano.
Con respecto a los niños se debe entender; que ellos forman la base de esta novedosa forma de educación: la esperanza de sembrar la semilla a través de la lectura.
Como enfoque general se puede mencionar, que en las escuelas se ha enseñado a memorizar textos, y no se permite que la imaginación navegue por el mundo mágico que el mismo niño crea. Se les ha mostrado el apego material por los objetos que les rodea. No se han creado centros de lectura por lo general. Por lo tanto toca a nuestro país México; tan rico en folclor y manifestaciones culturales, la tarea -al menos en América Latina-, ser la puerta de un despegue educativo y cultural: nuevo milenio espiritual y nueva consciencia de la libertad; porque si usted observa y trata a un niño, miramos que es un ser creativo que dibuja, pinta, escribe poesía, narra cuentos y le nace el deseo por la lectura: el niño grita y exclama cosas sorprendentes de lo que anhela en su interior. Es aquí donde las personas mayores, maestros y padres de familia; debemos tomar en cuenta la consciencia del cambio de esa actitud en el ser humano por ser mejores.
Por lo tanto, no es de balde el movimiento de consciencia que estamos viviendo actualmente: golpes y sufrimientos a nuestra humanidad. No es de balde, es sólo un aviso y una enseñanza, de que tenemos que preparar a las nuevas generaciones; en una realista educación integral, creativa y motivada en el quehacer humano de esta Nueva Era. Un nuevo tiempo participativo, que nos señala y complementa con su sabiduría; que la realidad verdadera no se encuentra fuera de nosotros, sino en nuestro interior.
