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EL VERDADERO PARIENTE MARGARITO

EL VERDADERO PARIENTE MARGARITO
Foto(s): Cortesía
Lorena Jiménez Salomón

Cronista:  Antonio Ávila-Galán

Yo soy Margarito Patraca Contreras, ese es mi nombre, te voy a contar algunas cosas que he vivido desde chamaco y vas hilando poco a poquito la historia y tendrás gran parte de lo que soy. Nací en Mata de Caña municipio de Playa Vicente, Veracruz en el año de 1933, ¿ya llovió verdad? Desde los ocho años empecé a bailar huapango dado que mi papá siempre cargaba conmigo, él era un buen jaranero y bailador; claro que en esa forma aprendí a bailar “a huevos”, además que me gustaba el jelengue. A los 16 años, junto con otro cuate de mi misma edad, compramos una guitarra sexta porque había plebe que le encantaba que le llevaran mañanitas a sus novias, pero mi papá Desiderio, de apellido Patraca Cruz, se encabronó por ese atrevimiento: –Lo que te va a dar esa musiquita de serenata es pura chingada borrachera–, así me lo dijo y me prohibió las tocaditas. Recuerdo bien que como al año del incidente, había un árbol de cedro cerca de la casa y me dijo –te voy a sacar un requinto de la raíz del cedro que está al pie de la casa, para que siempre te acuerdes, que el árbol que te da sombra también es capaz de darte música y alegrarte el corazón–, y mira que lo cumplió el viejo, me hizo un buen requinto, el primero que tuve en mi vida, siempre lo cargué conmigo, en esa forma empezó mi peregrinar por las rancherías cercanas a Playa Vicente. Mis tíos Alberto, Carlos, Fausto, Sóstenes y Ambrosio, junto con mi papá, siempre robaban cámara en las fiestas, pues eran buenos bailadores del son: fandangueros de corazón, excelentes para barrer la tarima al ritmo del zapateado.

Toda la muchachada de mi edad en ese tiempo, nos movíamos a las comunidades para asistir a la fandanguera, unos a bailar y otros a tocar, y es que el jelengue del son, se complementó para mí, porque jalábamos parejo; mi pariente Ricardo y a mis amigos Elías Meléndez, Lorenzo Sánchez alias La Bonca, como jaraneros tuvimos el mérito de compartir dicha música en poblaciones como Tlacotalpan, Santiago Tuxtla, Coatzacoalcos, San Andrés Tuxtla, la ciudad de Veracruz, la ciudad de México y desde luego Tuxtepec.

Ya con los años y muchos decires, placeres de antaño, de noches decimeras y zapateado; nace la inquietud de formar un grupo con compañeros hermanos como fueron: Ignacio El Negro Tadeo, Ricardo Hernández, Lorenzo Sánchez, Elías Meléndez y José María Álvarez El Pariente, así le decían, porque con todo mundo se comunicaba: –Hola pariente–, –Parientito–, –Cómo estás pariente, que te vaya bien–; incluso tenía una taquería que le puso por nombre El Pariente, todavía existe aquí en Playa Vicente; con él nos reuníamos en su local de tacos a platicar las andadas y a jaranear también, de allí nace el grupo jaranero al que se le puso ese nombre.

En Playa Vicente en esos tiempos de que te hablo, los fandangos se hacían en el parque, esos bailes eran espontáneos, existían varios grupos de aquí del mismo Playa y de otras comunidades, la muchachada de entonces era fandanguera de corazón. Estas memorias que viven conmigo en mis noches de nostalgia, me impregnan de vivencias de la infancia, cuando en las comunidades de las tierras bajas había mucho huapango los sábados por la noche. Mi papá Desiderio que en paz descanse su alma; cuando venía del rancho a Playa Vicente para buscar los mandados de la semana, lo que antes le llamaban Los Efectos, cuando regresaba él ya sabía que había fiesta ya sea en San Jerónimo, La Esperanza, Santa Elena o La Victoria. Él nada más cambiaba la montura de una bestia a otra y se regresaba en chinga al mitote del baile, hasta el otro día temprano veíamos su presencia, siempre en juicio porque nunca tomó: en eso salí igualito a él, que no me pasa un solo trago. La experiencia desagradable que vivimos los integrantes de Los Parientes, es que unos muchachos de aquí de Playa que empezaron a tocar con nosotros, se fueron a estudiar a México, allí esos diablos, formaron un grupo jaranero y se registraron como Los Parientes; eso nos hizo mucho daño como grupo, porque cuando fuimos a tocar a la capital del país, Culturas Populares que nos invitó; fue la que intervino para que todo saliera bien, debido a que no nos dejaban tocar, y los usurpadores del nombre Los Parientes, que por cierto ya ni se aparecen por Playa Vicente; sugirieron que tocáramos con el nombre de Los Parientes Viejos, ¡imagínate qué chinga! El cuento es que Culturas Populares salvó la situación y con ellos nace la idea de que nos llamáramos Los Auténticos Parientes, y aquí nos tienes muy vivitos, dando guerra con la jarana en la mano y chupando también el torito de limón que este si es representativo del verdadero fandango.