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Reconoce Seculta a médica tradicional de Valle Nacional

Doña Angela fue denominada "Tesoro Humano Vivo".
Foto(s): Cortesía
Lorena Jiménez Salomón

TUXTEPEC, Oax.- Doña Ángela Pérez Hernández es la sexta de nueve hermanos, creció y ha dedicado su vida a la medicina tradicional en su comunidad Cerro Armadillo Chico, ayudando a través del don que comenzó a desarrollar desde pequeña y que hoy le concede la oportunidad de ser reconocida como un Tesoro Humano Vivo, por parte de la Seculta. 

La Secretaría de las Culturas y las Artes de Oaxaca (Seculta) emitió la convocatoria “Tesoros Humanos Vivos 2021”, a través de la cual busca hacer un reconocimiento a la trayectoria, contribución y compromiso comunitario de aquellas personas que a través de su vida, enseñanzas y vocación preservan la cultura y tradiciones de su comunidad.

Erubiel Pérez, promotor cultural de Valle Nacional fue el responsable de proponer a doña Ángela en la convocatoria emitida por Seculta, donde solamente se reconoció a una persona por región de Oaxaca. 

"Primero la propuse en la convocatoria de la Seculta en Fortaleciendo tradiciones pero como vi que cumplía la edad y los requisitos de otra convocatoria que se llama Tesoros Humanos vivos, la inscribí en ambos", comentó. 

Doña Ángela tenía escasos 10 años cuando en un sueño, su abuelo ya fallecido llegó y le dijo que ella se dedicaría a curar a través del poder de las plantas, algo a lo que en un principio se mostró incrédula. 

Cinco años después, cuando un niño de su comunidad enfermó puso en práctica su conocimiento. Desde ahí comenzó a desarrollar su don, ayudando a hombres y mujeres, curando los de enfermedades, espantos y trayendo niños al mundo.

Entonces comenzó a utilizar su conocimiento sobre los beneficios de las plantas y así se convirtió en un referente de su comunidad. Fue a través de la Secretaría de salud que se capacitó como partera y comenzó a atender a las mujeres embarazadas que llegaban a la clínica del IMSS de Cerro Armadillo, donde aseguró logró atender miles de partos por más de 30 años.

El trayecto no fue fácil, al principio su esposo mostró pena ante la actividad que realizaba, sin embargo esto no la detuvo y continuó ayudando a su comunidad. 

Hoy la buscan para acomodar huesos, realizar limpias, incluso personas desde Estados Unidos confían en su don. "Me mandan su foto, la veo y les tallo un huevo y me sale lo que tienen, los curo".

Doña Ángela también se dedica a las actividades propias de su comunidad, produce café, maíz, vainilla y borda textiles para mantener la tradición entre su familia, quienes se muestran orgullosos de su madre, a quien ven como una mujer sabia, un tesoro vivo.