TUXTEPEC, OAX.-En espera de que la vida le cobre a través de la justicia el irreparable daño que hizo a un semejante, cuando hace más de 6 años lo privó de la vida a balazos, José Antonio Guzmán Paz de 33 años de edad, permanece recluido en la cárcel de San José Cosolapa, Oaxaca.
La historia de vida, de este presunto homicida, cambió de forma drástica en el lejano año del 2018, cuando el destinó marcó para siempre su entorno, luego de que con un arma de fuego segará la vida de José Morales Jiménez, en hechos ocurridos en el municipio de Cosolapa, perteneciente al distrito judicial de Tuxtepec, Oaxaca.
Versiones periodísticas de ese año señalaron sobre el particular, que tras sostener una acalorada discusión con la víctima, José Antonio desenfundó un arma de fuego que portaba y con ella silenció para siempre a su oponente, logrando darse a la fuga en determinado momento, para evitar la acción de la justicia.
Nunca se conocieron las causas y motivos por los que ambos se enfrascaron en una acalorada discusión ese día, que terminó manchada de sangre y marcando el fin de vida para uno y el inicio de una pesadilla para el otro, que tuvo que huir para andar escondiéndose en diferentes lugares.
Tras andar a salto de mata, José Antonio Guzmán Paz fue ubicado en un lugar y detenido por elementos de la policía ministerial a finales del 2023, siendo trasladado al distrito judicial de Tuxtepec, Oaxaca, concretamente al municipio de San José Cosolapa, en donde 6 años antes, se había convertido en asesino.
En ocasiones las historias de la Nota Roja se quedan en el olvido cuando se informa sobre la detención, pero nunca se da el seguimiento para terminar el proceso, es por ello que desde atrás de las rejas, José Antonio “N” espera impacientemente la sentencia condenatoria que marcará para siempre su vida y su destino.
