Leer vivifica el alma | NVI Cuenca Pasar al contenido principal
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Leer vivifica el alma

Lectura
Foto(s): Cortesía
Lorena Jiménez Salomón

Cronista: Antonio Ávila Galán

2da. Parte

Leer en silencio es una experiencia con uno mismo. Leer en silencio vivifica tu alma, cambia tu manera de ser. Te vuelve otro en sí mismo, te hace amar la vida. Es una experiencia sutil, porque en ese silencio que se vivifica el espíritu, sobre todo cuando afuera no existe alguien que nos interrumpa. Ese es el silencio que necesitamos vivir al leer un libro, pues es una comunión entre voces entre el que escribe y el que lee.

El escritor Paul Auster, ha cumplido con el lema del poeta Ezra Pound. “lo esencial de un poeta es que nos construye su mundo”. Y comenta que la escritura es ante todo mirada, seguir al mundo con una mirada, un lugar, una esquina, una curva, un parque, unos enamorados, mirar un niño o un anciano. Hay escritures insustituibles porque hay miradas insustituibles. Se ha dicho que leer un libro es habitarlo, pero cabe añadir que leer un libro, es dejar que su autor nos habite y se asome a nuestros ojos, que es otra forma de decir que nos los presta, y Auster dice: “no es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor si no lo hago”.

Es importante reconocer que las palabras para un escritor y para un poeta son un enigma a resolver, son como animalitos rebeldes que no quieren entrar a su hogar, su hogar verdadero es la página en blanco que le da derecho a alcanzar la libertad que en las voces cotidianas no tiene. Y dada la perseverancia del autor, los pequeños animalitos contagiosos, iracundos, llorones como niños; terminan por aceptar con mucho gusto y amenidad, poblar la página en blanco; eso sí condicionan al poeta y al escritor para que el texto tome el buen sentido de ellas, en una bella prosa o un excelente verso: pureza a que todo lenguaje aspira en el poema bien logrado. La palabra termina por amar a su creador, a cambio de que su creador lo obedezca a ella

La lectura, qué es, sino una voz que te habla, te dice, te motiva, te lleva por pasajes diversos a otros tiempos, a otros solares de vida; de comunión y saberes.

La lectura de un libro, te sumerge en un mundo dinámico, que te capacita a ser mejor cada día

Todos los grandes hombres y mujeres y los no tan grandes pero sí célebres; han tenido como punto común, una disciplina férrea y voluntad de hacer lo que le gusta hacer: ya sea, una disciplina literaria, una disciplina musical, una disciplina de las artes plásticas o pintura, una disciplina regocijada en el placer de ser mejor cada día. Volvámonos maestros en algo positivo, en lo que tú elijas ser y hacer, no mires lo que pasó o pasará, porque lo que pasó bien o mal, ya fue otro embrollo y lo que pasará es de acuerdo a lo que hoy en estos momentos estás sembrando. Pero eso si, la tónica rica en buen futuro, es que tienes que cimentar como los grandes edificios ese sueño y anhelo, desde la raíz, en este caso con lectura de un libro. Esta es la raíz de la buena savia; la lectura, porque sólo la lectura infatigable amiga, te hará buen artista, excelente maestro, exitoso profesionista, buen jornalero y un culto trabajador de lo que hagas, ya sea taxista, obrero, empleado y todos los gremios en general.

Debemos recordar siempre las palabras de poetas y escritores que han dejado diseminadas por el mundo, una buena enseñanza, con musicalidad que se encaja en el alma al momento de leer un libro.

Los libros nos dejan algo nuevo siempre que los leemos y un libro es capaz de agradarnos y cambiar nuestro destino. Ese libro que leemos, en algún momento regresa a nosotros con muchos recuerdos amenos. Con una frescura inigualable de vivir el momento en el instante mismo.

Yo soy poeta porque vivo la vida al instante. En el momento del ser de una dimensión diferente.

Todos los seres humanos somos valiosos, porque tenemos mucho de poeta.