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Zapatero, oficio que se niega a morir

Don Ángel Rojas, convertido en zapatero remendón a raíz de su accidente
Foto(s): Cortesía
Lorena Jiménez Salomón

TUXTEPEC, OAX.-Desde su pequeño y habilitado taller en su domicilio de la colonia El Castillo, Ángel Rosas discapacitado a raíz de una caída al derramar un árbol cuando se desempeñaba como jardinero, se mantiene ocupado en la reparación de calzado.

Aún cuando reitera, que el oficio de zapatero sobrevive cada vez en menos manos, este se niega a desaparecer, con todo y que el mercado de calzado de material sintético que vino a reemplazar al cuero natural, sobre todo el cambio de las suelas corridas por las de goma y también el menor costo que suele tener un par nuevo de zapatos a comparación de décadas atrás, ha incidido en que la gente prefiera tirarlos a la basura antes que mandar a repararlos.

Pero pese pese a este panorama, aquí en Tuxtepec, los pocos zapateros que siguen trabajando, continúan teniendo una fiel clientela. Y más allá, dice, de la disminución de la clientela en comparación a décadas atrás, un punto en el que coincide los zapateros como el, es la falta de interés de las nuevas generaciones por aprender este noble oficio, por lo que es ese el factor que incide para que se vaya perdiendo el mismo.

En tanto, menciona que a raíz del accidente que sufrió, pasan muchas cosas, pero la jugada como siempre ha dicho que no termina ahí, el oficio de zapatero remendón, lo adquirió hace como poco más de 3 años y medio, el que considera uno de los más viejos del país, el cual le fue enseñado por un compañero de nombre Oscar, quien también era persona con una discapacidad, el cual ya falleció, le inculcó el trabajo de reparar calzado.

Pues como todo mundo dice, es difícil, pero no imposible, por lo que entonces le despertó la ilusión de reparar zapatos y aquí está ahora, con 55 años de edad y con 13 de haber sufrido el percance que lo ha obligado a permanecer en silla de ruedas desde entonces, por lo que para no tener que pensar en lo que le había pasado y no entrar en depresión, lo que nunca vivió, pues siempre fue positivo, tuvo a bien iniciar como aprendiz en la reparación de calzado.

Mencionó antes trabajó en la compañía cervecera durante 23 años, para luego pasar a ser jardinero de doña Margarita Sánchez, en cuyo periodo fue cuando fue víctima de tan grave accidente al resbalar de una escalera y caer sentado, por lo que la médula espinal se le comprimió y se originó su lesión. Pero orgulloso de haber sacado adelante a sus dos hijos, una ingeniero y otro licenciado en derecho

Mientras afirma, que aquí no ha dejado de existir el zapatero, aunque de manera particular señala que se cobra demasiado a sabiendas que la economía que un poco por los suelos, y a veces es un vaivén de la gente, por lo que en su caso es consciente y cobra menos y con calidad las reparaciones que hace; por ejemplo por el cambio de una suela suele cobrar 200 pesos, cuando otros cobran 240, para lo cual se tendrán zapatos para 8 meses o 1 año de vida. Por lo que en vez de pagar un par de calzado de 800 o mil pesos, mejor pagarán menos y tendrán zapatos como nuevos.